Hace días que quiero poner un post sobre el máster que estoy realizando sobre Ecología Emocional o el arte de reinventarnos para vivir en armonía con nosotros, los otros y en los espacios que habitamos, pero reconozco que no acababa de encontrar el momento. Me produce un gran respeto y admiración el tema y supongo que algún dragón interno, llamado "miedo", ¡me impedía avanzar en la publicación!
Cuando decidí realizar este máster, no sabía exactamente que es lo que me encontraría, si bien, si sabía claramente lo que buscaba. He realizado diversos y diferentes talleres, cursos en distintas entidades y quedé asombrada de lo que en este primer año he descubierto: Me llama la atención la comparativa continua de la Ecología Emocional con la Ecología Medio ambiental, además que si te vas familiarizando, es sencillo y tiene un gran sentido: Ecosistemas familiares emocionales, espacios interiores protegidos, energías emocionalmente ecológicas o tóxicas, climas emocionales, tala indiscriminada de afectos, la casa de las emociones, desierto emocional, la persona C.A.P.A. y un largo etc...Una metodología sencilla pero no simple, en la que se trabajan conceptos complejos y profundos explicados a través de dinámicas grupales y diferentes metáforas que te permiten visualizar esos conceptos, de forma más sencilla.
He descubierto treinta y tantas "personas", que también desean explorar su mundo emocional interior, conocerse, aceptarse, quitarse capas para ser más auténticas, amarse y luego expandir lo aprendido e integrado a otros seres: entorno familiar, amistades, alumnos, pacientes, usuarios varios...Una tarea ardua, puesto que decidir ser consciente de tus sentimientos, pensamientos, creencias, emociones y marcarte un trabajo diario de mejora personal desde tus sombras, ¡no es tarea fácil!
Publico un vídeo en el cual, algunas compañeras explican su experiencia dentro de esta formación en Ecología Emocional.
¡Aprovecho para desearos feliz verano 2015!
¡Un abrazo refrescante!
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